«Un hogar en paz, rodeado de naturaleza, donde la vida transcurre a un ritmo más lento, más natural.»

Finca en el Valle de Benimussa, una zona tranquila de Ibiza donde la tierra aún se siente virgen. El aire huele a hierbas silvestres y a flor de azahar, y lo único que se escucha es el viento entre los árboles y el cantar de las aves. Está situada en un terreno de 35.000 m2, espacio de sobra para disfrutar del aire libre con total privacidad.

Una propiedad hecha para durar

Esta finca no es solo una casa; es un hogar pensado para estar a gusto en cualquier estación. La parte antigua cuenta con gruesos muros de piedra que mantienen el frescor en verano y el calor en invierno. Hay un comedor acogedor con estufa de leña, una cocina que invita a quedarse, y una habitación principal con vestidor o habitación para bebé.

Unos escalones más arriba, hay un baño con una bañera grande, perfecta para relajarse tras un largo día. En 2009 se añadió una parte nueva a la casa, llena de luz natural. Tiene tres habitaciones más, cada una con su propio baño, y un salón con chimenea. Las ventanas grandes y las terrazas soleadas permiten disfrutar del entorno desde cada rincón.

Jardín repleto de árboles frutales y piscina de agua salada

La finca está rodeada de olivos, almendros, limoneros y naranjos, algunos con más de mil años. También hay una piscina climatizada de agua salada con cubierta, para que puedas nadar incluso cuando refresca. Un pequeño jardín de rosas y plantas tropicales alrededor de la piscina hacen que el espacio sea aún más especial.

Un hogar autosuficiente

Esta finca se cuida sola. Tiene paneles solares para la electricidad, un pozo privado de y un generador de respaldo por si hace falta energía extra. El suelo radiante mantiene el calor en invierno, y un gran depósito de gas asegura agua caliente siempre.

Ubicación central

Leyendo todo esto, podrías suponer que está lejos de todo, pero no. En solo 15 minutos estarás en Ibiza capital, tomando un café o paseando por las calles del casco antiguo. Las playas de Cala Bassa y Cala Conta también están cerca, y el aeropuerto está a solo 25 minutos.

Esta finca es mucho más que una casa. Es un lugar para reconectar con la naturaleza, con la tierra y con una forma de vida más tranquila. Un hogar que ofrece paz, privacidad y espacio para disfrutar la vida, ya sea un fin de semana o toda una vida.